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20/5/13

Limpiando mi espíritu..

Saludos a toda la gente que me lea!!

Os escribo recién salida de la ducha a las 2 y pico de la noche (sí, sé que es tarde, pero acostumbro a ducharme a estas horas). Lo importante es que me he duchado con sal. Sal marina. Para limpiar mi espíritu y eliminar todo lo negativo. Al menos es lo que leí por la red. Creo que en mi presentación se me olvido decir que soy apasionada también de los remedios caseros y de probar todo lo que leo. De momento debería de sentirme relajada, con poca energía, sin fuerzas, con sueño y con hambre (esta es la única que conseguí XD).

Os iré contando que tal con mi purificación. A ver si me cambian las cosas (a mejor, a peor es un poco difícil)

Ayer dije que iba a contar alguna anécdota sobre mi vida de gorda. Contaré una, ademas, relacionada con una gorda (pero esta solo superficialmente, creo)

Veréis, corría el año... 2005 (mas o menos). En las fiestas del pueblo, en la discoteca del pueblo, con una amiga de compañía. Entonces aparece ÉL. Lo llevo observando toda la noche, toda la tarde, todo el día, toda la semana, toda mi vida. Veo que viene hacia mi y no me lo podía creer (él era un chico rubio, ojos verdes, atlético, 170 aprox.; yo era FEA y GORDA). Entonces se acerca mas y me dice “hola, soy Alberto, quieres bailar?”. Sé que suena cursi, pero es lo que me dijo, me sonó cursi hasta a mi, si al menos hubiéramos estado en una light... La cosa es que dije un NO. Hasta el no lo dije tímidamente.. “es que me da vergüenza” (Ayyyy, esa vergüenza... todo aquel que la lleva dentro no está plenamente feliz hasta que la deja por el camino).
La historia no ha acabado.
Después de intentar “bailar” conmigo unos 5 minutos y bailar con mi amiga (si, lo se ¬¬), se fue. Lo seguía viendo desde lo lejos. Entonces aparece ELLA. Una GORDA. Una gorda de las mas gordas, de las que no caben en el cine o ocupan dos plazas en el avión. De las gordas que ni si quiera la talla única les cede, o de las gordas que te giras para ver qué coño come cuando estas en un restaurante. GORDA. Sin mas. Entonces ella se le acercó. Le dijo algo al oído. Se rieron. Bailaron. Volvieron a hablarse. Volvieron a reírse. Volvieron a bailar. Desaparezco al baño, y al volver sigue la historia. Se sube al podium a bailar para él. Se ríen Bailan. Sacan el móvil “oh Dios mio le está dando su número!!!!????”
Y aquí acabó mi historia de amor.. viendo como una gorda cualquiera, incluso más gorda que yo, conseguía lo que yo no conseguiría nunca. Así que me quedé vacía. Pero no literalmente. Dentro de mi sentía que llevaba una gorda, más gorda que nunca.



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